Hace unos días tuvimos una experiencia inesperada, con un funcionario de la Municipalidad de San José. Somos una asociación sin fines de lucro que trabaja en la traducción, publicación y promoción de la Biblia, por lo que se desarrollan proyectos de bien social y actividades que como empresa privada nos permite el sostenimiento de dichos proyectos.
Como una norma interna alrededor del mundo, toda Sociedad Bíblica debe cumplir a cabalidad las leyes del país donde esta ubicada. Nosotros llevamos más de 50 años sirviendo al pueblo de Costa Rica, con proyectos de traducción de la Biblia y educativos a las lenguas nativas del país, actualmente se esta desarrollando la traducción al Nögbe, se trabaja con las personas con discapacidad visual y así se podría mencionar una gran gama de proyectos que se han realizado a lo largo de la historia.
Como empresa privada se reciben de vez en cuando las visitas de los inspectores de la Municipalidad de San José, siempre han sido muy amables, serviciales, si estamos cometiendo algún error nos han instruido para corregirlo, realmente han sido muy buenos servidores públicos, pero lamentablemente hace unos días llego un inspector nuevo para nosotros; porque luego nos dimos cuenta de que tiene más de catorce años laborando en la municipalidad; este hombre fue atendido por el gerente financiero, advirtió que estábamos haciendo mal las cosas por tener parqueo privado; mismo donde parquean nuestros clientes y empleados.
El inspector ofreció de inmediato solucionar el problema sí se le pagaba una suma importante de dinero, “en una semana ustedes tendrán todos los documentos en orden”, dijo el inspector municipal. Eso sí, nos advirtió “si no lo hacen como les digo, si tratan de hacer la vuelta por ustedes mismos, nunca lograran nada, no van a salir los documentos, y tendría que ponerles los sellos” entre otras amenazas. El colaborador nuestro, lógico que me llamo para consultar, porque no me encontraba en la oficina. Mi respuesta fue, eso suena a una amenaza, nos están cobrando un “peaje”, si pagamos una vez estaremos condenados a pagar para siempre y esa cadena no se acabará; somos la institución que distribuye la Biblia en este país, ¿Qué dice la Biblia sobre esto?
Si trabajamos promoviendo que la gente use la Biblia, debemos usarla nosotros también. En Proverbios 26.10 la Biblia nos dice que el malvado no tiene compasión de su prójimo. Este “servidor público” estaba cobrando un monto equivalente al salario mensual de un empleado, que sale de su casa para ganarse el dinero necesario para vivir.
Estamos viviendo un período de la historia que refleja un alto índice de desempleo, hay personas que tienen un año buscando trabajo y este “servidor público”, que recibe su salario completo mensualmente, pagado con los impuestos de todos nosotros los costarricenses, que posiblemente no ha tenido afectaciones en medio de la pandemia y viene a pedir que se le de un salario adicional por hacer su trabajo. ¡Esto es corrupción!, lo que este hombre esta haciendo se convierte en una injusticia hacia los que realmente trabajamos con honestidad. Aceptar el trato que este hombre proponía es contribuir con la maldad. Desde la Biblia, no se puede aceptar ese acto.
La Biblia también nos dice que cuando se aceptan sobornos, se pervierte la justicia, se hace diferencia entre las personas, se ciega los ojos de los sabios. Se hace una injusticia contra el prójimo, esto lo encontramos en Deuteronomio 16.19.
En resumen, aquella persona que desea actuar según los lineamientos de Dios no puede prestarse para este tipo de hechos porque lo que hace es aumentar la maldad y la injusticia. El país se encuentra con serios problemas económicos y las empresas privadas ocupan trabajar para dar empleos, para funcionar y activar la economía, pero con empleados públicos haciendo estas cosas solo podemos decir que es un acto inmoral y con los costos que representa este tipo de sobornos se les roba la oportunidad a las empresas de tener un trabajador más.
La Biblia nos dice en Isaías 26.10 que no se aprende a hacer justicia cuando se muestra piedad al malvado, la compasión hacia la persona corrupta es alentar el robo, es justificar la opresión, porque quien practica la corrupción es un opresor y por consecuencia la maldad, la desesperanza y la violencia crecen, porque los ciudadanos normales sienten que no tienen un Estado que les defienda, se sienten abandonados.
Ante todas estas indicaciones que nos da la Biblia ustedes pueden suponer lo que hicimos; procedimos a llamar al OIJ, preguntamos cómo proceder y nos informaron que acababan de crear un departamento para frenar la corrupción y delitos financieros, llegaron de inmediato, y nos asesoraron. El “servidor público” prometió llegar el día siguiente a recoger el dinero demandado; llegó en un carro muy costoso, por cierto; unos minutos antes nos envió un mensaje solicitando otros documentos, e informó que ya había iniciado el papeleo y que en una semana tendríamos todos los documentos en regla. Se hizo todo como el OIJ lo indicó; todo está grabado, el hombre recogió el dinero y cuando salía del parqueo fue detenido.
Costa Rica necesita levantarse, todos juntos podemos hacerlo, hace casi 200 años éramos la provincia más pobre del virreinato español, se salió adelante actuando con justicia, con actividades que les daban la oportunidad a todos por igual, repitamos lo bueno y dejemos en el pasado lo malo.
Y si usted estimado lector es parte de la empresa privada y ha sido víctima de este tipo de actos corruptos, denúncielos, no permita que la maldad continúe creciendo más en nuestro país. Cómo nos indicaba el oficial del OIJ, muchas veces las personas o empresas no denuncian estos actos por miedo a represalias o porque han terminado pagando todo tipo de “mordidas” y se sienten como parte del crimen, pero no es así.
Todos los que trabajamos pagamos el salario de estos “servidores públicos”, no podemos permitir que la maldad crezca en nuestro medio. Si usted es víctima de algo similar, puede contactarse al 2295-4172, 2295-4169 o al correo [email protected] con la Sección de Anticorrupción, Delitos Económicos y Financieros del OIJ.
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