Desde hace algunos días he pensado compartir con ustedes varios pensamientos.
Estamos en un período electoral y tenemos un bombardeo de información, alguna positiva otra negativa, sobre la gente que postula su nombre para gobernar el país. Viendo los debates organizados por el Tribunal Supremo de Elecciones, pensé ahora sí, este es el momento de compartir con ustedes estas reflexiones.
Antes de ser costarricenses somos, seres humanos y hay una realidad que no se puede dejar de lado, todos de una u otra forma tenemos nuestras propias creencias, y nuestra forma de ver el entorno, esto es lo que llamamos cosmovisión, con base en esas creencias es que tomamos decisiones, ellas nos influyen en todo lo que hacemos, decimos, evaluamos y en el cómo vivimos.
Este es un período de la historia de la humanidad donde premia el conocimiento, hay exceso de información. Nadie puede decir que domina todos los aspectos del conocimiento, es imposible; aún así esperamos que esas personas, involucradas en la política, muestren un alto conocimiento en los temas que beneficien al país, queremos saber los planes de gobierno. Lamentablemente algunos aspirantes pierden su valioso tiempo en acusar y denigrar a los otros contrincantes en esta batalla. No debemos olvidar que aquel que tiene que ensuciar a otros para surgir, esta ocultando su incapacidad de tener su propio discurso.
También he notado en las redes sociales una fuerte agresividad hacia cualquier tema que tiene que ver con religión, muchas de esas personas han olvidado que el ser humano es un ser religioso, busca qué adorar; hasta el que dice no creer en un dios, tiene su propia religión, la religión de los que no creen en Dios, pero creen en muchos otros dioses.
Se habla mucho de que debemos ser inclusivos, pero somos una generación de gente exclusiva, buscamos a nuestros iguales a los que piensan como “yo”, y quien no piensa “como yo”, queda excluido de todo y se le silencia, esa persona no tiene derecho de expresar lo que piensa porque piensa diferente.
Toda esta situación me recuerda a Jesús, cuando vino y camino sobre esta tierra, algunos pensaron que sus intensiones eran políticas desde Herodes, cuando se entero por los reyes magos que vinieron a buscar al “El Rey de los Judíos” que había nacido, de inmediato Herodes, busca como eliminar a su competencia y manda a matar a todos los niños menores de dos años de Belén y sus alrededores.
De la misma forma, cuando Jesús ya era adulto y andaba predicando y anunciando que “había llegado el Reino de Dios”, se le probó con muchas preguntas políticas, por ejemplo, si se debía pagar impuestos al Cesar, la respuesta de Jesús fue clara “debemos dar el Cesar lo que es del Cesar”. Muchos quisieron hacerlo rey porque estaban cansados de vivir bajo el dominio de un gobierno corrupto, violento, pero Él nunca lo aceptó parecía que el pensamiento humano sobre gobernar este mundo no iba con Él. Jesús también arremetió contra los líderes religiosos que se habían congraciado con los políticos para tener beneficios, los censuró, los llamó hipócritas y prácticamente les dijo que estaban lejos del Reino de Dios. Él mismo dijo que había venido para anunciar buenas noticias a los pobres y oprimidos, a anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos (Lucas 4.18), pero aquellos que estaban en el poder tanto religioso como político se sintieron amenazados de Su mensaje.
Mi pregunta es, ¿significa esto que debemos sacar la religión de la política? ¡no! el interés de un político debe ser la gente, el bienestar de la mayoría que esta indefensa y sufre por falta de oportunidades, o enfermedades o lo que sea que le impida vivir dignamente. El interés de Jesús fue y es la gente, los indefensos, aquellos que sufren por falta de oportunidades, aquellos que la sociedad misma ha hecho indignos. Hay muchas similitudes entre los tiempos de Jesús y los de hoy la diferencia esta en que Jesús ofrecía un reino que no es de este mundo, ni puede ser impuesto por estrategias humanas es un reino que trasciende mas allá de nuestro pensamiento, un Reino al que pasamos a ser parte de él solo con creer en Jesús y vivir aquí en esta tierra obedeciendo sus principios, de esa forma se manifiesta ese Reino.
¿Entonces?, ¿debe mezclarse la religión con la política? en tanto el ser humano es parte de algo, la religión la lleva consigo mismo, afecta sus decisiones y sus acciones. Bien harían los políticos de hoy, entender el valor de compartir lo que creen en los íntimo de sus discursos, y no en hacer un proselitismo vacío.
Quisiera llamar la atención a algunos principios que enseña la Biblia y que los políticos de hoy deben tomar en cuenta:
Todos los seres humanos fueron creados iguales (Génesis 1.27) Dios los dotó de derechos, tienen derecho de gobernar sobre todo lo creado, nacen con esos derecho (Génesis 1.28) y aquel que se atreve a usurpar ese derecho a otro igual, tendrá que dar cuenta a Dios mismo, (Mateo 27.37-39). La búsqueda de la felicidad depende del ser individual, pero también del colectivo con el que habita y quienes les gobiernan, sin dejar de olvidar que daremos cuenta a Dios, creas o no en Él, de todo lo que hagamos en esta tierra (Eclesiastés 12.14).
Recuerda también, estimable lector, que el ser humano nunca sabe lo que le traerá el futuro y como dijo el rey Salomón con toda su sabiduría, “No te vayas a los extremos. Respeta a Dios y todo te saldrá bien” (Eclesiastés 7.18)
Por MBA. Mayra Ugalde