LLa Reforma en el siglo 21
La Reforma se da en el sigo XVI dC, teniendo como transfondo el espíritu renacentista. La iglesia, o mejor dicho la jerarquía eclesiástica de aquel tiempo, había acumulado muchos desaciertos. La Biblia se encontraba perdida en las bibliotecas de los monasterios y no tenía influencia real en las prácticas religiosas. Aunque las mayorías seguían sumisas la autoridad del clero, habían otros que se atrevían a pensar diferente. El 31 de octubre 1517 dejó huella en la historia porque Martín Lutero se atrevió a expresar sus ideas respecto a las prácticas de la jerarquía religiosa. Aquel atrevimiento del monje agustino provocó una revolución cuyos efectos llegan aun a nuestros días.
Decir que los efectos de la Reforma llegan a nuestros días, no quiere decir que el cristianismo protestante ande por buen camino. Los énfasis de la Reforma fueron (resumiendo),: la autoridad de la Escritura, la salvación por gracia , la fe en la obra redentora de Jesucristo, y el sacerdocio universal de los creyentes. El movimiento de la Reforma dejó varias corrientes, que, con el paso del tiempo, han “evolucionado”. Los historiadores nos dicen que Martín Lutero no tuvo la intensión de dividir la Iglesia, pero, se dividió; lamentablemente la división es una de las características del movimiento actual de las iglesias “evangélicas”. He usado el término “evangélico” como sinónimo de “protestante”, lo cual no es del todo correcto. En un principio, lo que justificaba, la existencia de un grupo protestante (denominación o iglesia) era el conjunto de doctrinas que lo identificaban. Las doctrinas tenían un papel especial en cada denominación. Los temas doctrinales se basaban en la interpretación de la Biblia.
Hoy día hay, en el espectro (abanico) religioso “evangélico”, grupos, que se siguen llamando protestantes, pero que ven críticamente las Escrituras; se autodenominan de avanzada pero en realidad pareciera que son un movimiento contrario a la iglesia evangélica ortodoxa; son una corriente secular de la iglesia. En el extremo opuesto están los grupos surgidos de la religiosidad popular, con prácticas y creencias “esotéricas”, estos ya no se llaman protestantes. En medio de estos extremos están las otras iglesias. Lo que me interesa destacar es que se hace difícil discernir la herencia protestante en el mundo religioso actual.
Me he tomado el tiempo para escuchar diferentes predicadores y lo que llega a mis oídos es un mensaje que ya no es Cristocéntrico, basado, en el mejor de los casos en temas periféricos (o sacados de contexto) de la Biblia. ¿Qué ha pasado con la Reforma?
Si volviéramos a leer la historia de la Reforma nos daríamos cuenta que ella fue un avivamiento en el que se contrastó el cristianismo de la época con las Escrituras. Los reformadores lo que hicieron fue señalar los errores y reconstruir la iglesia con estructura mas bíblica. ¿No deberíamos nosotros revisar la iglesia que estamos construyendo a la luz de lo que dice la Sagrada Escritura?
No hagamos de la Reforma solo un recuerdo histórico. Hagamos de ella un estímulo de renovación.