Hace unos días me llegó por WhatsApp un video de un joven predicador, era tipo pentecostal, estaba en una reunión, en su éxtasis anunciaba que vendría un escándalo político porque los justos no pueden gobernar sobre plataformas injustas y que el Señor debe derrumbar las plataformas incorrectas.

Unos días después uno de los pastores que estaba presente, circuló por WhatsApp, un mensaje justificando su asistencia a esa actividad y condenando el video, bajo el argumento de haber sido editado, que se le había cambiado las fechas, lo describió como una manipulación política, hace algunas aseveraciones más que no vale la pena entrar en ellas. También llego la respuesta de la persona que circuló el video con el ánimo de volverlo viral y en apoyo a un aspirante político. Esa cadena de mensajes me impulsó a escribir esta reflexión.

Cuando Jesús ascendió al cielo dejo bien clara la misión de sus seguidores, que es anunciar y enseñar Sus palabras mientras van por el camino de la vida. Ante eso la misión de la iglesia no es “cristianizar” las estructuras o plataformas como le llama el predicador, es anunciar las palabras de Jesús, lo dice en Mateo 28.19-20.

Esta cadena de mensajes trajo a mi mente una pregunta ¿Y el temor a Dios?, porque la sanción que ofrece el texto bíblico sobre aquellos que dicen hablar de parte de Dios, cuando Dios no ha dicho nada, es un castigo para él y toda su familia, sobre todo cuando su profecía desvía el corazón del pueblo. (Jeremías 23); también es triste la cantidad de creyentes que van con sus ojos cerrados detrás de estos espectáculos.

Según la Biblia quien se hace líder religioso tiene la responsabilidad de proveer dirección al pueblo de Dios, cuidarles y evitar que los “lobos los ataquen”, enseñarles a obedecer la Palabra de Dios, no manipularlos, ni entregarlos en manos de manipuladores.

Esa cadena de mensajes nos enciende una luz de alarma a todos los cristianos. Primero se nota un desconocimiento de la Palabra de Dios, peor aun, muestra una ignorancia de Cristo, porque Jesús fue muy fuerte en sus críticas hacia aquellos líderes religiosos que por influencias políticas oprimían al pueblo dejándolo en la ignorancia, poniendo sobre ellos cargas más pesadas que las que llevaban estos líderes, realmente se creían dueños del pueblo. Podríamos citar muchos textos, pero mejor le invito a leer los evangelios.  Cada uno de nosotros dará cuenta a Dios de todo lo que hagamos, de lo que decimos y aquellos en posición de liderazgo, darán cuenta del uso y abuso de su poder que ostentan sobre el pueblo; tarde o temprano nos presentaremos todos ante el Señor, así lo dice Eclesiastés 12.

Esta reflexión va dirigida al pueblo que con los ojos cerrados siguen estos espectáculos, ellos también tienen responsabilidad, corren tras esos hombres y mujeres, sin analizar a la luz de la Biblia lo que esas personas están haciendo o diciendo, ustedes mismos se ponen las vendas en sus ojos, porque en el tiempo de hoy la gran mayoría saben leer y escribir y tienen acceso a la Biblia; la Biblia es un libro, lo que la hace Palabra de Dios es cuando el ser humano la abre, la lee y la obedece, porque ahí empieza la transformación del individuo y por ende de la sociedad. Leer la Biblia quita la venda de los ojos que muchos tienen, nadie debe tener temor de leer la Biblia, porque el Espíritu de Dios está presente cuando el lector de corazón sincero quiere conocer a Dios y obedecerle. La mejor experiencia con Dios es dejar que Él hable a través de Su Palabra, por eso le invito a no dejarse llevar por esos videos y predicaciones que circulan por las redes sociales, evalúa todo a la luz de la Biblia.

El verdadero cristiano no se deja llevar por lo que pasa en su entorno, lee la Biblia y confía en Dios, vive bajo los principios que enseña la Biblia, no de lo que dicen predicadores o los troles que circulan en las redes sociales. Sabe que es un ciudadano de dos reinos, del Reino de Dios en primer lugar y de este mundo, pero el Señor nos demanda a vivir bajo los principios que Él establece, porque somos embajadores en esta tierra; y todo ciudadano debe honrar el país donde vive, por eso cumple sus deberes cívicos con responsabilidad, emite su voto habiendo pensado en el bien del país, paga los impuestos, no sataniza las estructuras sociales, no las juzga, ni las condena, ni trata de cristianizarlas, porque eso no cambiara la sociedad actual, solo la transformación del individuo, cambiara el mundo.

La Biblia me ordena que debo pensar en el bien del lugar donde vivo para tener paz interior y tranquilidad en esta tierra; Jesús transformo el mundo al transformar al individuo que conforma la sociedad donde vive. No permita que le pongan vendas, cumpla su deber como discípulo de Jesús.