Alajuelita es una comunidad de alto riesgo social, sin embargo, Dios tiene un pueblo escogido en medio de todos los habitantes de ese lugar, los busca, los llama a cambiar sus caminos, no se cansa de amarlos.
En esa comunidad dos pastores, Walter Montero y su esposa Raquel; han servido a Dios por muchos años y han levantado una iglesia que se llama Comunidad Cristiana “En Dios Confiamos”, la pandemia no los ha detenido. Siguiendo todas las indicaciones del Ministerio de Salud, no han parado de ayudar a los habitantes de la comunidad y hacer actividades para que la gente se acerque a Dios; siempre que pueden regalan una Biblia a las personas que atienden sus invitaciones, por eso hoy les podemos contar esta historia, la Sociedad Bíblica de Costa Rica, les apoya en sus actividades porque conocemos la entrega y honestidad de esta pareja en su servicio a Dios.
Hace unos días, organizaron una actividad de oración en el parqueo, durante una semana de las 12 a 1 de la tarde iban a estar orando por todas las personas que pasaran y necesitaran oración, a la vez se les daba una Biblia.
El esposo de Lizet Valdivia, paso por ahí en uno de esos momentos y decidió entrar para que oraran por él y le regalaron la Biblia, hoy ella nos cuenta que ese día el llego feliz la casa y le dijo: “mi amor tenemos que buscar a Dios, y por aquí vamos a empezar, por leer la Biblia”. La Biblia que le habían regalado tiene atrás el plan de salvación y una oración de entrega, así que esa noche leyeron juntos el plan de salvación e hicieron la oración de entrega y se acostaron a dormir muy felices.
Al día siguiente su esposo tenía que salir muy temprano para el trabajo, porque era guarda de seguridad en una empresa, tomó la Biblia y se fue; “lo que nadie sabía es que ese era el último día de su vida, ya que me lo mataron ejerciendo su trabajo nos dice la esposa y sin saberlo Dios le había dado la oportunidad de recibirlo y hoy estoy segura de que él está en cielo; con esa misma Biblia estoy haciendo su última voluntad, buscar a Dios”.
Días después de la muerte de su esposo la señora Valdivia llegó donde el pastor Walter y le contó lo que había sucedido, ahora asiste con sus dos hijos a la iglesia.
Dios nos busca a cada uno de nosotros, nos llama de diferentes maneras, usa Su Palabra para recordarnos que Él espera que atendamos su llamado.
El amor y la misericordia de Dios es muy grande… él no quiere que ninguno peresca sino que todos procedamos al arrepentimiento.
Tremendo el testimonio de esta esposa