Seguridad, Amor y Biblia
- Por Dr. Carlos Abarca
Jesús montó el joven hijo de una asna.
Viene otra Semana Santa, para muchos será de playa, paseo y fiesta.
Eran otros días, aquellos días de ayer cuando nuestro plan era todo lo contrario, teníamos deseos de comunicación y comunión reposada con Aquel que hoy le da nombre a la Semana Santa. Pensábamos en una cruz y en un hombre crucificado. A algunos les incomodaba esa escena, pero la mayoría daba gracias a Dios porque entendían esa expresión de amor.
Un día común, al inicio de la semana Jerusalem estaba emocionada viendo a su Rey entrar en un asno joven. Lo celebraron con hojas de palma y gritos de alegría. Estemos nosotros también hoy alegres porque está en la Biblia: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16
¿Pero qué pasa hoy, tan poca pasión por el amor de Cristo y tanta emoción por la fiesta? ¿Qué pasó? ¿Será cierto que hoy, que tanta muerte joven, tanta violencia callejera, tanta fiesta irresponsable, tanto ruido cibernético, han terminado con la seguridad de fe y amor a Dios que tuvimos antes?
Para muchos hoy solo corren días de preocupación, inseguridad y desamor. ¿Será posible que hoy se pueda hacer una reflexión clara y sincera sobre la Semana Santa, con el objetivo de evidenciar con la Santa Escritura, la seguridad que brinda Cristo Jesús al enfrentar nuestras circunstancias sociales y personales?
Seguridad, Amor y Biblia
Seguridad y Amor son dos bienes muy apreciados y de altísimo valor, todos los necesitamos y sin embargo no se dejan capturar para mostrarlos en una vitrina.
Seguridad:
La seguridad, de entre muchas definiciones citaré esta: “es un estado intangible de ausencia de peligros y de condiciones que puedan provocarnos daño físico, psicológico o material”. Hay seguridad personal, familiar, ciudadana y planetaria, aunque no sea visible todos la percibimos, especialmente su ausencia.
Amor:
El amor en su más básica definición es: “un sentimiento maravilloso que excluye el odio y el temor”. Hay amor propio, amor al prójimo y amor a Dios, aunque no sea visible todos la percibimos, especialmente su ausencia.
Biblia:
Es una colección de libros que hablan de seguridad, de amor y del mentado Jesús que murió en la cruz, diciendo que nos amaba y que de ese modo nos libraba de las consecuencias perjudiciales y eternas del pecado. Su lectura produce enojo y alegría, tristeza y contentamiento, tropiezo y sentido, esperanza y desazón, muerte y resurrección. Se puede leer con arrogancia o con humildad.
La lectura humilde ha conseguido muchos lectores a través de los siglos y esto a pesar de lo distante y aveces increíbles que resultan los hechos en ella narrados.
Tu decides con que actitud la lees, pero al que la lee le aseguro que está en la Biblia, que podemos tener seguridad en Dios hoy y mañana, aún en medio de los desastres naturales y de los conflictos personales porque: «Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza». Salmo 46:1-3
«Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero». Juan 6:39.
Está en la Biblia, que podemos encontrar su amor aún en medio del temor, incluso podemos experimentarlo aún mientras dormimos porque: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?” Romanos 8:35.
Y: «Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel». Salmo 121:2-4.
También está en la Biblia, la Seguridad que nos brinda el tener una mente decidida bajo la dirección de Cristo, porque: «No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Dios. Asegurado está su corazón; no temerá hasta que vea en sus enemigos su deseo«. Salmo 112:7-8.
«Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida». 1 Juan 5:11-12.
Tanto las necesidades físicas como las espirituales son reales, por eso escogimos hoy hablar de la seguridad y el amor que encontramos en la Biblia en vez de hablar de la fiesta que muchos están armando. Hay una anécdota que se me antoja interesante, le ocurrió a Saúl cuando fue enviado por su padre a buscar unos animales de carga que se le habían extraviado. En su búsqueda camino bastante, paso por tres Ciudades y su empleado lo invitó a escuchar a un hombre de Dios diciéndole que quizá les podría dar algún indicio acerca del objeto por el cual emprendieron esta búsqueda.
Lo interesante es que salieron para buscar unas asnas perdidas, y encontró Saúl un reino, el reino de Israel, que le fue entregado por Samuel, el profeta. Y esto también está en la Biblia, que Jesús entró montado en el hijo joven de una asna para comunicarnos que su reino nos ha venido hoy.
Es bueno saber que muchos han encontrado en las palabras de la Biblia a uno como Samuel, que les ha hablado como si supiera los secretos de su vida y de su corazón, y terminaron entendidos del objeto por el cual emprendieron esta búsqueda o está lectura hoy, siendo guiados de esta manera hasta considerar personalmente la Biblia como la palabra de Dios para ellos, descubriendo también qué hay un reino cómo le pasó a Saúl y que se los entregará Jesús, y está en la Biblia.
Están para nosotros estas historias que nos comunican que aunque muchos salen en busca de excesos y pachangas , y son llevados a lugares donde hay peligro hasta de la salvación de su alma, hay otros que van por otro lado y que van encontrando lo que el Señor Dios les ha preparado y eso les ha resultado bueno como lo fue para Saúl y así, y de esta manera podamos confiar en que nos encontraremos siempre con lo mejor y con lo más seguro de Dios y de su amor.