En el poder del Espíritu

EEn el poder del Espíritu

Luego de la tentación, Jesús, inicia su labor de enseñanza o sea su ministerio. Vamos a conversar con el Señor sobre  el Evangelio de Lucas 4.14-30.

 

_Señor Jesús, he leído el pasaje que nos cuenta del inicio  de tu ministerio. Los evangelistas Mateo y Marcos dicen que comenzaste a enseñar luego del encarcelamiento de Juan el Bautista, Lucas no menciona ese detalle.

_ Al escribir  el evangelio, Lucas, quería destacar mi actitud luego de haber pasado la tentación. Fíjate que él dice  que yo volví “en el poder del Espíritu”  a Galilea. El Diablo había tratado de hacerme caer, yo respondí con la Palabra fortalecido con el Espíritu, las pruebas son una oportunidad para crecer. Así, que, me dirigí a Galilea “en el poder del Espíritu”.

_Yo me había hecho la idea que habías iniciado tu ministerio público en Nazaret, con tu visita a la sinagoga, de lo que hablaremos luego, pero parece que fue en Galilea. ¿No hubiera sido más  fácil empezar en el  lugar en que eras más conocido?

_Si, empecé en Galilea. En aquel entonces esa región tenía muchos pueblos los cuales estaban en contacto con poblaciones gentiles. Los Galileos eran gente de mentalidad receptiva, estaban mas dispuestos a escuchar que los pobladores de otras partes del país. El suelo era fértil por lo que  había abundantes cosechas. La presencia del Mar  de Galilea le daba más belleza a  la zona. Muchas veces al retirarme  a orar la vista del Mar de Galilea me permitía disfrutar mas esos momentos. Me  gustaba caminar por en aquella región…

_He notado que tenías la costumbre de ir a las sinagogas y enseñar en ellas ¿Por qué?

_Los Judíos teníamos una   historia  de dominación extranjera. Muchos habían sido llevados cautivos fuera de la Tierra Prometida y otros habían huido para no correr la misma suerte.  Solo había un Templo, estaba en Jerusalén y por la necesidad de mantener nuestra identidad religiosa se había desarrollado la sinagoga, un lugar de estudio y oración. En cualquier lugar en donde hubiera por lo  menos diez familias judías se podían establecer una  sinagoga. En ella había reuniones los sábados, el día de reposo, ahí se leían las Escrituras y se oraba. Alguno de los asistentes a la sinagoga era invitado a leer y luego se hacía un comentario de lo leído. Yo tenía la costumbre de asistir al servicio en la sinagoga y en esta etapa de mi vida aprovechaba para enseñar y darle el verdadero significado a algunos pasajes.

_Tu visita a  la sinagoga de Nazaret parece haber sido algo especial. Lucas agrega algunos detalles, mientras en Mateo y Marcos se destacan otros.

_Me agrada que  leas los pasajes paralelos en los tres primeros evangelios (los sinópticos), con eso te haces una idea mas clara de lo sucedido. Yo tenía una gran expectativa de la visita a mi pueblo, era la gente que yo conocía. Pero el encuentro no fue tan agradable. Seguro notaste que en Mateo se me llama “el hijo del carpintero” y  en Marcos “el carpintero”. Ellos no esperaban de mi más que eso, no me veían como maestro, ni aceptaban los milagros. Te debo aclarar que los milagros eran la repuesta a las necesidades de la gente y no tenían nada que ver con lo que hoy ustedes llaman “publicidad”.

_Pero aun no me quedan claras las razones para no ser aceptado en tu pueblo.

_Habrás notado en tu experiencia que, por lo general, la gente prefiere a un extranjero que a un nacional, sobre todo de ciertas nacionalidades. Aunque también hay prejuicios con otros extranjeros. Habrás  oído el proverbio popular que  dice:”él que nació para maceta del corredor no pasa”: ellos me aceptaban solo como carpintero, no me veían como maestro y menos  como Mesías.

_Lucas  es el evangelista que hace mención del texto que leíste ¿Por qué  Isaías?

_De paso te recuerdo que era un rollo y no un  libro como los que ustedes conocen. Se procuraba desde aquel entonces hacer una lectura completa de las Escrituras en un año en  las sinagogas.  Había pasajes seleccionados para leer cada día de reposo y me pidieron que leyera.  No fue casualidad. Ese pasaje fue mi “declaración de misión”, por lo que les hice ver “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de ustedes”.

_ Señor, permíteme leerlo contigo, es un pasaje muy lindo.

-Adelante.

_«El Espíritu del Señor está sobre mí,

Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;

Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón,

A pregonar libertad a los cautivos

Y vista a los ciegos,

A poner en libertad a los oprimidos

Y a predicar el año agradable del Señor».

_Mi pueblo haría bien en reflexionar en este texto, no es solo mi misión, por extensión es misión de mi pueblo.

_Tengo la impresión de que luego de la lectura hubo una  buena actitud en los presentes pero que luego cambiaron de opinión.

_En realidad el grupo estaba dividido, algunos recibieron mi enseñanza, la mayoría la rechazaron porque  no creían que yo pudiera enseñarles nada que ellos no supieran. Debes tener presente que los Evangelios no recogen todo lo que les enseñé, mas bien son resúmenes de las enseñanzas y sucesos. Cuando les mencioné cómo Dios bendijo a la viuda de  Sidón y a  Naaman, dos extranjeros, reaccionaron violentamente. Ellos se consideraban el pueblo de Dios y  no podían aceptar que  Él se fijara para bien en un extranjero. Muchas veces nuestras ideas religiosas nos impiden apreciar la verdad de Dios. Me sacaron de la sinagoga e intentaban matarme.

_Entiendo que debido a su incredulidad no pudiste hacer muchos milagros ¿Cómo debo entender eso?

_Me parece muy acertada tu pregunta. Si no le tienes confianza al médico ¿Irías a él para buscar salud? No se trata de que yo no tenga poder cuando no hay fe. Como ya te mencioné ellos solo veían en mí al carpintero.

 

 

 

 

One Reply to “En el poder del Espíritu”

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